La adicción al sexo es un tema que ha sido ampliamente debatido en las últimas décadas. Lo cierto es que, aunque algunas personas pueden tener una conducta sexual compulsiva, aún no se ha llegado a un acuerdo sobre si puede considerarse una verdadera adicción. En este artículo examinaremos algunos de los mitos y verdades que rodean a este trastorno.
Comencemos por aclarar que, hasta el momento, la adicción al sexo no ha sido reconocida como una enfermedad por la Asociación Americana de Psiquiatría. De hecho, algunos expertos consideran que no se puede hablar de adicción en el caso del sexo, sino de una conducta compulsiva.
En cualquier caso, lo cierto es que algunas personas pueden tener una necesidad excesiva de mantener relaciones sexuales, aunque éstas les estén causando problemas en su vida diaria. En estos casos, se habla de trastorno hipersexual o conducta sexual compulsiva.
Aunque el estereotipo de la persona adicta al sexo suele ser un hombre, la verdad es que tanto hombres como mujeres pueden desarrollar una conducta sexual compulsiva. No hay una diferencia notable en la prevalencia entre ambos sexos.
No necesariamente. Aunque algunas personas que sufren de conducta sexual compulsiva pueden tener más relaciones extramatrimoniales que el promedio, no todas las personas que engañan a sus parejas son adictas al sexo. Por otro lado, también puede haber personas adictas al sexo que no son infieles, pero que tienen dificultades para mantener relaciones estables debido a su necesidad constante de experimentar nuevas sensaciones.
No hay pruebas concluyentes de que la adicción al sexo esté relacionada con una mala educación sexual. De hecho, ocurre con bastante frecuencia que personas que han recibido una educación sexual completa y adecuada desarrollen una conducta sexual compulsiva. Al igual que ocurre con otras adicciones, no se trata tanto de un problema educativo como de una predisposición genética y/o personalidad sumada a factores del entorno.
No necesariamente. Aunque evidentemente una persona que mantenga relaciones sexuales sin protección debido a su conducta sexual compulsiva tiene un riesgo mayor de contraer una infección de transmisión sexual, no todas las personas que sufren de este trastorno tienen problemas con su comportamiento sexual seguro.
Algunas personas que padecen de conducta sexual compulsiva pueden tener problemas de ansiedad o depresión, pero esto no significa que sea una consecuencia directa de la adicción. De hecho, algunos estudios sugieren que la mayoría de las personas que presentan este trastorno no tienen otros problemas mentales significativos.
Sí, existen tratamientos para la conducta sexual compulsiva. Entre ellos se encuentran la terapia cognitivo-conductual, la terapia de grupo y el uso de medicamentos que reduzcan la libido. Consulta con un terapeuta especializado si sientes que tu comportamiento sexual te está causando problemas en tu vida cotidiana o si alguien te ha sugerido que puedes tener un trastorno hipersexual.
En definitiva, la adicción al sexo sigue siendo un tema polémico y aún no hay un consenso sobre su consideración como una enfermedad. Lo que está claro es que la conducta sexual compulsiva puede causar problemas en la vida diaria de las personas que la padecen y pueden necesitar ayuda profesional para controlarla.